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¿Cómo pagar a sus proveedores después de 30 días?

Temps de lecture : 3 minutes

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El pago a 30 días es una práctica habitual. Esta opción permite ampliar los plazos de pago, lo que ofrece una valiosa flexibilidad a las empresas. Comprender las implicaciones de este enfoque permite gestionar mejor los flujos financieros y optimizar las relaciones comerciales.

En este artículo, veremos cómo ampliar sus plazos de pago para optimizar el flujo de caja de su empresa.

¿Qué es el pago a 30 días?

El pago a 30 días es un plazo de liquidación habitual en las transacciones comerciales. A través del mismo, se establece que una factura debe abonarse en un plazo de 30 días a partir de su recepción. Esta práctica ofrece a las empresas cierta flexibilidad en su flujo de caja y en la gestión de su tesorería, al tiempo que mantiene unas relaciones comerciales equilibradas.

Es decir, esta modalidad consiste en obtener de sus proveedores un plazo de 30 días para abonar sus facturas. Este plazo comienza a partir de:

  • La fecha de emisión de la factura;

  • O recepción de mercancías;

  • O la prestación del servicio.

Pagar en un plazo de 30 días puede tener ventajas como limitar las fluctuaciones de tesorería.

El plazo legal se establece de conformidad con los acuerdos contractuales o la ley. A continuación veremos distintos escenarios posibles. 

Caso general

El plazo de pago se fija, en principio, a los 30 días luego de la recepción de la mercancía o de la prestación del servicio. Pero, si se especifica en el contrato y no constituye un abuso manifiesto en perjuicio del acreedor, este plazo puede ir más allá de los 30 días, sin superar los 60 días desde la facturación.

En el caso de las facturas periódicas, el plazo máximo de pago es de 45 días a final de mes. Existen dos formas de contabilizar este periodo:

  • Añadir 45 días después del final del mes en el que se emite la factura;

  • Añadir 45 días a la fecha de emisión de la factura y, a continuación, ir hasta el final del mes en curso.

El método de cálculo utilizado debe haberse acordado previamente e indicarse en el contrato.

A falta de plazo acordado entre las partes, se aplicará un plazo adicional de treinta días desde la recepción de la mercancía o la prestación del servicio solicitado.

Casos específicos

Hay casos específicos en los que el plazo legal para pagar una factura puede diferir del caso general como, por ejemplo:

Condiciones de pago negociadas

Los profesionales pueden acordar condiciones y plazos de pago, hasta un límite de 60 días a partir de la emisión de la factura. Si el plazo de pago se menciona en la factura, podrá ampliarse a 45 días al final del mes siguiente a la emisión de la factura.

Pago al contado

El comerciante pagará la factura en su totalidad tras la recepción de los bienes o la prestación de los servicios. La fijación de un plazo de pago en el pago legal o contractual no prohíbe el pago en efectivo o un anticipo. Se trata solo de un plazo máximo.

Pago por defecto

El comerciante paga la factura en un plazo de 30 días tras la recepción de los bienes o la prestación de los servicios. Este plazo de pago por defecto se aplica a falta de especificación en el contrato sobre el plazo de pago. 

Pago contra recibo

El comerciante abonará la factura en un plazo fijado en una semana a partir de la entrega de los bienes o la prestación del servicio, incluido el tiempo necesario para recibir la factura.

Plazos específicos para determinados sectores de actividad

También hay sectores empresariales en los que el plazo legal para pagar una factura puede diferir del caso general. Veamos algunos ejemplos:

En el sector agroalimentario

Las condiciones de pago varían en función del producto:

  • Carne fresca: 20 días desde la entrega;

  • Uvas y mostos para la fabricación de alcohol y vino: 45 días a partir del final del mes de entrega o 60 días a partir de la entrega;

  • Alcohol sujeto al impuesto sobre el consumo: 30 días a partir del final del mes de la entrega. Por ejemplo: si una entrega se realizó el día 7 del mes, el plazo de pago de 30 días empezará a contar el día 30 del mes.

En el sector de la construcción y las obras públicas

El plazo legal para pagar una factura es de 45 días a partir de la fecha de finalización de los trabajos o de la recepción provisional o definitiva de los mismos.

En el sector estacional

El plazo varía según los casos:

  • Comercio de juguetes: de enero a septiembre el pago se realiza a 95 días desde la facturación y de octubre a diciembre a 75 días desde la facturación.

  • Relojes y joyas en general: 59 días a partir de fin de mes o 74 días netos a partir de la factura.

  • Industria del cuero: 54 días desde fin de mes en factura.

  • Equipos agrícolas: 55 días a partir del final del mes de facturación para los equipos de mantenimiento de espacios verdes. Para los equipos específicamente agrícolas, 110 días a partir de la facturación.

¿Cuáles son las consecuencias de pagar tarde?

La morosidad puede tener repercusiones negativas tanto para el acreedor como para el deudor. Por eso se prevén sanciones por ley y, a veces, en el contrato.

Sanciones por demora

El acreedor puede reclamar penalizaciones por demora al deudor que incumpla el plazo de pago acordado o legal. Estas penalizaciones se calculan sobre la base del tipo de interés legal o del tipo contractual. El importe de las penalizaciones no puede ser inferior a una indemnización fija de 40 euros por gastos de cobro.

Gastos de cobro

El acreedor puede incurrir en gastos de cobro para obtener el pago de su deuda. Se trata de los gastos asociados a las gestiones amistosas o judiciales para recuperar las sumas adeudadas. 

Estos gastos pueden incluir los honorarios de los recordatorios, los honorarios de un abogado, agente judicial o empresa de cobros, las costas procesales, etc. Estos gastos de cobro se suman al principal adeudado y a las posibles penalizaciones por demora.

Multa administrativa

Una persona física se arriesga a una sanción que oscila entre 75.000 y 150.000 euros por incumplimiento de los plazos de pago. En el caso de una persona jurídica, las multas pueden alcanzar entre 2 y 4 millones de euros si la falta se repite.

¿Qué son los costes de cobro?

En primer lugar, hay que señalar que las indemnizaciones por costes de cobro son costes adicionales que un acreedor puede cobrar a un deudor por el retraso en el pago o el impago de una deuda. Estos costes tienen por objeto compensar los costes en que ha incurrido el acreedor para cobrar la cantidad adeudada. Pueden incluir:

  • Costes administrativos;

  • Gastos de reclamación;

  • Gastos legales;

  • Otros gastos implicados.

Desde un decreto que data de 2012, el importe de la indemnización por gastos de cobro es de 40 euros. El acreedor puede reclamarlos al deudor en caso de demora en el pago de una factura. Estas indemnizaciones se aplican a las transacciones comerciales entre profesionales, y deben mencionarse en las condiciones generales de venta y en la factura.

Si los costes de cobro superan los 40 euros, el acreedor puede solicitar una compensación adicional, siempre que esté justificada.

¿En qué momento comienza el plazo de pago de 30 días?

En principio, el plazo de pago de 30 días corre a partir del momento en que se presta el servicio o se entregan los bienes. Sin embargo, en la práctica comercial se suele aplicar la norma de los diez días.

Una década representa un periodo de 10 días. En la práctica, por tanto, se observa un periodo de 10 días antes de que comience el periodo de pago de 30 días.

Por ejemplo, si la factura se emite el día 2 del mes, el plazo de 30 días empieza a contar el día 10 del mes. Si la factura se emite el día 24, el plazo empieza a contar el día 30.

¿Cómo puedo pagar legalmente después de 60 días?

El plazo legal de pago de 30 días se introdujo para dar a las empresas cierta flexibilidad que les permite mejorar la gestión de su tesorería. Pero, ¿qué diría si pudiera disponer de más tiempo? ¿Más de 60 días?

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Al ofrecer el pago aplazado, Hero le permite pagar las deudas con los proveedores más allá de los plazos legales de pago.

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Optar por el pago a 30 días ofrece una flexibilidad considerable en la gestión financiera. Facilita la planificación de los gastos y la optimización de la necesidad de tesorería de la empresa.

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Sin embargo, es esencial mantener un equilibrio entre los beneficios de este periodo y los imperativos de pago hacia los proveedores. Así, el pago a 30 días sigue siendo una herramienta eficaz, pero requiere una gestión disciplinada.

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Écrit par

Valentin Orrù

Head of Growth

15/11/2023

Enfin le paiement pro que vos clients attendent vraiment.